domingo, 31 de enero de 2010

Manifiesto (3)

Si la poesía es ponerse la piel del mundo (para mí, lo es), indagar hasta sentir que es posible encarnarlo, que es posible lograr esas breves sincronías que llamamos certezas; los que cuestionamos intelectual y emocionalmente a una misma vez (desconfiamos de las respuestas a las que se puede arribar transitando sólo uno de estos caminos) tenemos en la poesía La Gran Herramienta de conocimiento, herramienta que completa toda otra indagación cotejándola con el sentido más profundo de la existencia. De este modo interpelamos al mundo y, en consecuencia, a nosotros mismos porque nos concebimos esencialmente entramados en el mundo. La poesía es hebra madre que nos mantiene despiertos a la conciencia de la otredad que nos completa, es quien nos devuelve el sentido de estar vivos cada vez que alguna de las formas de la muerte monta el emtrampado de la soledad, ese lameheridas.
Por todo esto, la poesía que siento más mía es aquella que mejor acierta a dar cuenta de esta comunión vital. Poesía convencida de que la belleza (la más alta alegría y la más alta pena) trasciende y da sentido a lo que vivimos entre las fronteras de lo personal y lo familiar. Poesía persuadida de que la belleza explica el sentido de la vida sólo en ese todo social donde somos persona y familia. Poesía que toma partido por el todo, que se duele y se alegra más allá del recorte de mis dolores y alegrías, que no mira hacia otro lado como si fuera posible ignorar a fuerza de levantar muros de indiferencia. Poesía avisada de que buscarse dentro de uno mismo es encontrarse en la multitud que habita en uno mismo.Poesía que sabe que el amor a la vida se lleva a flor de piel, y es amor inagotable cuando la piel es inagotable, porque es la piel del mundo.

Pablo Javier Resa
Partido de los Poetas
pabloresapartidodelospoetas@yahoo.com.ar