BARBARITA

Podría escribir: Después de un bello día,
cuando el sol la libera
la tarde es una pelirroja que se aleja
para dormirse en la cama de la luna.

Podría escribir:
La brisa fresca
acaricia mi rostro; es primavera,
los pájaros cantan
un amor me espera,
y sin embargo escribo:
En el jardín de la república,
pimpollo agonizante,
una niña postra su hambre
en un hospital del noticiero.

y yo, con la vergüenza
de mi estomago
y mis huesos
satisfechos,
lloro, lloro sobre el papel desnudo
y no puedo escribir una palabra
que lo vista
que cubra dignamente
a este Cristo famélico
este hambre y sed de justicia
representado en esta hoja,
donde todas las letras transparentes,
huecas, vacías de significado y significante,
a lo sumo señalan mi impotencia;
la impotencia del poeta desnudo,
sin pan en las palabras,
sin abrigo en los versos,
solo con la angustia de la desesperanza
que golpea las teclas con la bronca
que antes se retorcía en una lapicera.

No sé si lloro por la niña, o si lloro por mí,
pero sé que puedo escribir:
Siento vergüenza;
de no hacer un piquete de poemas,
de no empuñar mis letras más filosas,
de no abolir a sangre y fuego
con mi prosa desteñida en lágrimas
el hambre de esa niña
que ya comienza a ser recuerdo
en el programa de televisión
y en los brazos protectores
de una pelirroja que se aleja
para dormirse en la cama de la luna.


LOBO
Partido de los Poetas
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